Esta semana publicamos un texto que hace unos meses nos envió Luis
Roca Jusmet. Versa sobre Juan Colomar, una figura de fuerte
personalidad, con perfiles muy peculiares dentro de la izquierda
revolucionaria del Estado, y que acabó coqueteando con la extrema
derecha tras haber dirigido la Liga Comunista en la mayor parte de
su existencia. Cuando falleció en 2011 ya le dedicamos una entrada
en nuestro blog
La foto que ilustra el artículo está tomada del blog del propio Luis Roca, donde también se puede encontrar el texto que vamos a publicar, así como algunos comentarios recibidos de personas muy cercanas a Colomar
Os recuerdo que los espacios de Tiempos de Lucha y Esperanza en las redes sociales están abiertos a difundir los textos que los militantes de los años 70-80 puedan escribir narrando sus recuerdos o lo que estimen de interés sobre aquella época.
Este artículo se lo dedico a Luis G., que me confió diversos documentos de Juan Colomar. Y también a los amigos Pepe Moreno y Paco Vázquez, que me han abierto el camino de la sociología de la filosofía. No voy a hacer aquí una sociogénesis de un filósofo (como ellos tan brillantemente han hecho) sino de un político. Un hombre dominado por la pasión política que no quiso ser un político profesional, aunque podía haberlo sido. Un hombre que tiene una trayectoria que va desde la extrema derecha franquista hasta un republicanismo españolista anticapitalista (que se pretende más allá de la diferencia izquierda/derecha) pasando por la extrema izquierda troskista. ¿Qué tiene de interesante? El personaje no es cualquiera. Es un hombre muy inteligente, carismático que funda y divide grupos políticos. Arrastra siempre detrás suyo un grupo de incondicionales. Consiguió, por ejemplo, que todos los militantes y simpatizantes de la Liga Comunista dejaran en 1976 CCOO y se afiliaran a la UGT y la CNT.
Juan Colomar fue siempre un francotirador. No quiso dedicarse a la política profesional y si lo hubiera hecho podría haber sido alguien políticamente destacado. Esto tiene relación con su trayectoria. Uno de sus delfines, Antoni Fernández Teixidó puso de manifiesto esta posibilidad. Quiso dedicarse a la política. Había seguido, curiosamente una evolución ideológica contraria a Colomar, al que siempre respetó y consideró un maestro: se pasó al liberalismo. Llamó a Adolfo Suárez para montar el CDS en Cataluña y éste, impresionado por él, le da las riendas del CDS catalán. Será el único diputado de este partido. Cuando se disuelve habla con Jordi Pujol y éste le hace entrar por la puerta grande es CDC. Desde entonces será diputado de este partido, pasando por formar parte de uno de sus gobiernos.
Esta reflexión es artesanal, me baso en documentos, en los recuerdos de mis años de militancia y en mis conversaciones con el mismo Colomar (murió en el 2010), Antoni Fernández Teixidó y Luis G., que fue amigo suyo y compañero en esta trayectoria y que me brindó material que guardaba en la transición entre la disolución de la Liga Comunista y la fundación del Partido Nacional Republicano. Igualmente, en los escritos de Pepe Gutiérrez Álvarez en sus “Memorias de un bolchevique” y en relación con un artículo publicado a raíz de la muerte de Juan Colomar. Algunos datos son aproximados, pero creo que esto no distorsiona ni los hechos ni mi reflexión en base a ellos.
Juan Colomar nació en 1941 en Palma de Mallorca. Con un brillante expediente de bachillerato consigue una beca para estudiar Derecho en Barcelona en el Col·legi Major Sant Jordi (vinculado a la Universidad de Barcelona). Hablamos de finales de los 50. Entra en las milicias universitarias, grupo falangista con retórica anticapitalista. Se va del grupo con un círculo de incondicionales, entre los cuales Luis G. y “El facha”. Según cuenta Pepe Gutiérrez Álvarez mantenía contacto con Manuel Sacristán, que le deriva hacia el FOC en lugar de hacia el PSUC, que era la idea inicial de Colomar. Hablamos de principios de los años 60. Colomar, muy carismático y brillante pasa a la dirección local del FOC. Forma un grupo pro-troskista, que es expulsado y forma el grupo Comunismo en 1969. En 1971 constituyen la Liga Comunista Revolucionaria, patrocinada por Alain Krivine y que forma parte de la IV Internacional, cuyo representante máximo era un economista de prestigio, Ernest Mandel. En 1972 plantea un debate para dejar la corriente mayoritaria de la IV internacional e integrarse en la minoritaria. La mayoría no lo acepta (tendencia “en marcha”) y Colomar provoca una escisión, fundando la Liga Comunista. Como nota biográfica añadiré algunos aspectos sociobiográficos de Colomar. Era un personaje carismático y poco dialogante. Amante de las artes marciales practicaba taekwondo en un gimnasio frecuentado por policías. Luego kung fu en un gimnasio de un oscuro personaje que controlaba a los vigilantes de prostíbulos de la ciudad. Vivía en Santa Coloma de Gramanet de una forma austera, con el poco dinero que recibía como liberado de la Liga Comunista. Bebía, fumaba y tomaba café de manera compulsiva. Tenía sus incondicionales que dirigían el partido porque él era totalmente caótico: a veces se encerraba días escribiendo. Hay que decir que “El facha”, uno de sus incondicionales trabajaba con un cargo en la CNS (sindicato vertical) por su pasado falangista y que en estos locales empezó a editarse la revista del partido “Combate”. Para conseguirlo “El facha” contrataba a militantes y simpatizantes troskistas para los trabajos de impresión de la CNS. La leyenda urbana era que el personaje llevaba la pistola encima y que incluso amenazó con ella a Mandel cuando acompañó a Colomar a un Congreso de la IV Internacional.
Voy a apuntar algunos elementos sociológicos de la Liga Comunista en Barcelona. Era un partido pequeño, que aunque se había fundado en Barcelona tenía el grueso de militantes en Euskadi. La mayoría de militantes eran jóvenes universitarios. Otros, también jóvenes, eran trabajadores de servicios (banca, enseñanza..) y una minoría eran obreros. Algunos habían tenido una participación en luchas radicalizadas como las de Roca Radiadores y la huelga del pequeño metal de Barcelona. Pero el dirigente obrero de esta huelga, Felipe, pronto se enfrentó al autoritarismo y teoricismo de Colomar y acabó yéndose con un pequeño grupo a la LCR. La procedencia social de la mayoría de militantes era heterogénea, en general pequeño burguesa. Había algún hijo de policía y de militar. Algunos eran de familias burguesas con peso en Barcelona.
Sigamos con Juan Colomar. En 1976 monta otra tendencia dentro de la Liga: la tendencia marxista.. Se basa en su cuestionamiento del troskismo a partir de las lecturas de Cornelius Castoriadis. Arrastra con él a un pequeño grupo, de no más de quince personas. Entre ellas Antoni Fernández Teixidó y yo mismo.
En el IV Congreso, el año 1977, la tendencia representó al 10 % del partido, que decidió unirse a la Liga Comunista Revolucionaria. Yo dejé el grupo en aquel momento.
Entre 1977 y 1996, año en que se traslada a Valladolid a trabajar (por cuestiones familiares) y funda el Partido Nacional Republicano voy a intentar reconstruir algunos hechos significativos.
Juan Colomar vivía la política como un camino absoluto. Una de sus tres pasiones, me dijo una vez: las otras dos las mujeres y las artes marciales. De hecho, se casó dos veces y con su segunda mujer tuvo dos hijos. Pero la política era su auténtica pasión. No le interesaba el prestigio, ni el estatus ni tan solo el dinero. Pero necesitaba dinero. Un amigo, abogado laboralista, le consiguió introducir en una comisión del Ayuntamiento con Socías Humbert y luego con Pasqual Maragall. Pasqual Maragall lo conocía: juntos estuvieron en la dirección de Barcelona del FOC (Maragall lo cita en sus memorias). Colomar se preparó unas oposiciones para técnico superior del Ayuntamiento y las superó. Por un concurso de traslados acabó en Valladolid.
¿Cuál fue la trayectoria política de Juan Colomar estos años, entre la salida de la Liga Comunista y la formación del Partido Nacional Republicano? En primer lugar, monta un grupo, al que llama “mayo 37” (recordando la lucha radical liderada por la CNT y el POUM contra la Generalitat de ERC apoyada por el PSUC). Dura hasta finales de los 70.
A mediados de los 80 monta el grupo Voluntad. Dispongo de un cuaderno, muy bien editado a modo de libro, que publicó en 1987, con claros aires nietzscheanos. En 1989 el grupo monta “Sin Tregua por una nueva Europa”. Empieza aquí su etapa más oscura, cuando establece contactos con los ultraderechistas Ernesto Milá y Enrique Moreno. Milá fue secretario general del Frente nacional de la Juventud, escisión todavía más radical que Fuerza Nueva. Después del PENS, partido neonazi clandestino. Personaje vinculado y perseguido por sus relaciones con el terrorismo italiano de extrema derecha, protagonista de acciones violentas y que pasó un tiempo en prisión por estas actividades en los inicios de la transición. En sus memorias explica el error de haber disuelto su grupo, Disidencias, para formar “Sin Tregua” con Colomar. En estas memorias se declara seguidor de René Guénon y Julius Evola. Algún día hablaré de René Guénon y de cómo se puede ser inspirador del tradicionalismo más reaccionario y de los dirigentes más fundamentalistas del Irán. Julius Evola, por su parte, fue un seguidor de Guénon mezclado con Nietzsche, en la órbita del fascismo italiano.
Posteriormente Colomar pasa un período de transición entre el europeísmo de corte fascista y el republicanismo españolista que acabará con la formación del Partido Nacional Republicano. Hay un texto de esta época, del que no consta la fecha exacta, llamado “Del Comitern al Comieurop” que es muy denso conceptualmente y muy interesante, al margen de que se esté de acuerdo o no. Aparece el europeo como “el último hombre” en la acepción nietzscheana del término.
Todo concluye en la formación del Partido Nacional Republicano, que presidirá hasta su muerte y que considerará la cristalización de su experiencia política. Es un partido republicano, españolista y anticapitalista. Surge aquí un prejuicio común a la izquierda de nuestro país: nacionalismo catalán, vasco o gallego asociado a la izquierda, nacionalismo español a la derecha. ¿Es esto consistente? En principio no. Me parece que no hay una asociación necesaria. La izquierda no es nacionalista, según mi opinión, pero sí tiene una definición nacionalista ¿por qué un nacionalismo español es necesariamente de derecha? Más cuando habla de nacionalismo ciudadano y jacobino. Un tema a reflexionar, pero por aquí, para mí, no avanzamos.
Lo que para mí es sospechoso es españolismo está ligado a una crítica a los inmigrantes. Hay alguna conexión con el grupo de Gustavo Bueno, definido básicamente por su españolismo. En alguna revista coincide con algún artículo de Jorge Vestrynge, de trayectoria tan oscura en sus orígenes, pero hoy en Izquierda Unida defensor de una izquierda jacobina. Parece que también tuvo algún contacto con Fernando Savater.
La foto que ilustra el artículo está tomada del blog del propio Luis Roca, donde también se puede encontrar el texto que vamos a publicar, así como algunos comentarios recibidos de personas muy cercanas a Colomar
Os recuerdo que los espacios de Tiempos de Lucha y Esperanza en las redes sociales están abiertos a difundir los textos que los militantes de los años 70-80 puedan escribir narrando sus recuerdos o lo que estimen de interés sobre aquella época.
Este artículo se lo dedico a Luis G., que me confió diversos documentos de Juan Colomar. Y también a los amigos Pepe Moreno y Paco Vázquez, que me han abierto el camino de la sociología de la filosofía. No voy a hacer aquí una sociogénesis de un filósofo (como ellos tan brillantemente han hecho) sino de un político. Un hombre dominado por la pasión política que no quiso ser un político profesional, aunque podía haberlo sido. Un hombre que tiene una trayectoria que va desde la extrema derecha franquista hasta un republicanismo españolista anticapitalista (que se pretende más allá de la diferencia izquierda/derecha) pasando por la extrema izquierda troskista. ¿Qué tiene de interesante? El personaje no es cualquiera. Es un hombre muy inteligente, carismático que funda y divide grupos políticos. Arrastra siempre detrás suyo un grupo de incondicionales. Consiguió, por ejemplo, que todos los militantes y simpatizantes de la Liga Comunista dejaran en 1976 CCOO y se afiliaran a la UGT y la CNT.
Juan Colomar fue siempre un francotirador. No quiso dedicarse a la política profesional y si lo hubiera hecho podría haber sido alguien políticamente destacado. Esto tiene relación con su trayectoria. Uno de sus delfines, Antoni Fernández Teixidó puso de manifiesto esta posibilidad. Quiso dedicarse a la política. Había seguido, curiosamente una evolución ideológica contraria a Colomar, al que siempre respetó y consideró un maestro: se pasó al liberalismo. Llamó a Adolfo Suárez para montar el CDS en Cataluña y éste, impresionado por él, le da las riendas del CDS catalán. Será el único diputado de este partido. Cuando se disuelve habla con Jordi Pujol y éste le hace entrar por la puerta grande es CDC. Desde entonces será diputado de este partido, pasando por formar parte de uno de sus gobiernos.
Esta reflexión es artesanal, me baso en documentos, en los recuerdos de mis años de militancia y en mis conversaciones con el mismo Colomar (murió en el 2010), Antoni Fernández Teixidó y Luis G., que fue amigo suyo y compañero en esta trayectoria y que me brindó material que guardaba en la transición entre la disolución de la Liga Comunista y la fundación del Partido Nacional Republicano. Igualmente, en los escritos de Pepe Gutiérrez Álvarez en sus “Memorias de un bolchevique” y en relación con un artículo publicado a raíz de la muerte de Juan Colomar. Algunos datos son aproximados, pero creo que esto no distorsiona ni los hechos ni mi reflexión en base a ellos.
Juan Colomar nació en 1941 en Palma de Mallorca. Con un brillante expediente de bachillerato consigue una beca para estudiar Derecho en Barcelona en el Col·legi Major Sant Jordi (vinculado a la Universidad de Barcelona). Hablamos de finales de los 50. Entra en las milicias universitarias, grupo falangista con retórica anticapitalista. Se va del grupo con un círculo de incondicionales, entre los cuales Luis G. y “El facha”. Según cuenta Pepe Gutiérrez Álvarez mantenía contacto con Manuel Sacristán, que le deriva hacia el FOC en lugar de hacia el PSUC, que era la idea inicial de Colomar. Hablamos de principios de los años 60. Colomar, muy carismático y brillante pasa a la dirección local del FOC. Forma un grupo pro-troskista, que es expulsado y forma el grupo Comunismo en 1969. En 1971 constituyen la Liga Comunista Revolucionaria, patrocinada por Alain Krivine y que forma parte de la IV Internacional, cuyo representante máximo era un economista de prestigio, Ernest Mandel. En 1972 plantea un debate para dejar la corriente mayoritaria de la IV internacional e integrarse en la minoritaria. La mayoría no lo acepta (tendencia “en marcha”) y Colomar provoca una escisión, fundando la Liga Comunista. Como nota biográfica añadiré algunos aspectos sociobiográficos de Colomar. Era un personaje carismático y poco dialogante. Amante de las artes marciales practicaba taekwondo en un gimnasio frecuentado por policías. Luego kung fu en un gimnasio de un oscuro personaje que controlaba a los vigilantes de prostíbulos de la ciudad. Vivía en Santa Coloma de Gramanet de una forma austera, con el poco dinero que recibía como liberado de la Liga Comunista. Bebía, fumaba y tomaba café de manera compulsiva. Tenía sus incondicionales que dirigían el partido porque él era totalmente caótico: a veces se encerraba días escribiendo. Hay que decir que “El facha”, uno de sus incondicionales trabajaba con un cargo en la CNS (sindicato vertical) por su pasado falangista y que en estos locales empezó a editarse la revista del partido “Combate”. Para conseguirlo “El facha” contrataba a militantes y simpatizantes troskistas para los trabajos de impresión de la CNS. La leyenda urbana era que el personaje llevaba la pistola encima y que incluso amenazó con ella a Mandel cuando acompañó a Colomar a un Congreso de la IV Internacional.
Voy a apuntar algunos elementos sociológicos de la Liga Comunista en Barcelona. Era un partido pequeño, que aunque se había fundado en Barcelona tenía el grueso de militantes en Euskadi. La mayoría de militantes eran jóvenes universitarios. Otros, también jóvenes, eran trabajadores de servicios (banca, enseñanza..) y una minoría eran obreros. Algunos habían tenido una participación en luchas radicalizadas como las de Roca Radiadores y la huelga del pequeño metal de Barcelona. Pero el dirigente obrero de esta huelga, Felipe, pronto se enfrentó al autoritarismo y teoricismo de Colomar y acabó yéndose con un pequeño grupo a la LCR. La procedencia social de la mayoría de militantes era heterogénea, en general pequeño burguesa. Había algún hijo de policía y de militar. Algunos eran de familias burguesas con peso en Barcelona.
Sigamos con Juan Colomar. En 1976 monta otra tendencia dentro de la Liga: la tendencia marxista.. Se basa en su cuestionamiento del troskismo a partir de las lecturas de Cornelius Castoriadis. Arrastra con él a un pequeño grupo, de no más de quince personas. Entre ellas Antoni Fernández Teixidó y yo mismo.
En el IV Congreso, el año 1977, la tendencia representó al 10 % del partido, que decidió unirse a la Liga Comunista Revolucionaria. Yo dejé el grupo en aquel momento.
Entre 1977 y 1996, año en que se traslada a Valladolid a trabajar (por cuestiones familiares) y funda el Partido Nacional Republicano voy a intentar reconstruir algunos hechos significativos.
Juan Colomar vivía la política como un camino absoluto. Una de sus tres pasiones, me dijo una vez: las otras dos las mujeres y las artes marciales. De hecho, se casó dos veces y con su segunda mujer tuvo dos hijos. Pero la política era su auténtica pasión. No le interesaba el prestigio, ni el estatus ni tan solo el dinero. Pero necesitaba dinero. Un amigo, abogado laboralista, le consiguió introducir en una comisión del Ayuntamiento con Socías Humbert y luego con Pasqual Maragall. Pasqual Maragall lo conocía: juntos estuvieron en la dirección de Barcelona del FOC (Maragall lo cita en sus memorias). Colomar se preparó unas oposiciones para técnico superior del Ayuntamiento y las superó. Por un concurso de traslados acabó en Valladolid.
¿Cuál fue la trayectoria política de Juan Colomar estos años, entre la salida de la Liga Comunista y la formación del Partido Nacional Republicano? En primer lugar, monta un grupo, al que llama “mayo 37” (recordando la lucha radical liderada por la CNT y el POUM contra la Generalitat de ERC apoyada por el PSUC). Dura hasta finales de los 70.
A mediados de los 80 monta el grupo Voluntad. Dispongo de un cuaderno, muy bien editado a modo de libro, que publicó en 1987, con claros aires nietzscheanos. En 1989 el grupo monta “Sin Tregua por una nueva Europa”. Empieza aquí su etapa más oscura, cuando establece contactos con los ultraderechistas Ernesto Milá y Enrique Moreno. Milá fue secretario general del Frente nacional de la Juventud, escisión todavía más radical que Fuerza Nueva. Después del PENS, partido neonazi clandestino. Personaje vinculado y perseguido por sus relaciones con el terrorismo italiano de extrema derecha, protagonista de acciones violentas y que pasó un tiempo en prisión por estas actividades en los inicios de la transición. En sus memorias explica el error de haber disuelto su grupo, Disidencias, para formar “Sin Tregua” con Colomar. En estas memorias se declara seguidor de René Guénon y Julius Evola. Algún día hablaré de René Guénon y de cómo se puede ser inspirador del tradicionalismo más reaccionario y de los dirigentes más fundamentalistas del Irán. Julius Evola, por su parte, fue un seguidor de Guénon mezclado con Nietzsche, en la órbita del fascismo italiano.
Posteriormente Colomar pasa un período de transición entre el europeísmo de corte fascista y el republicanismo españolista que acabará con la formación del Partido Nacional Republicano. Hay un texto de esta época, del que no consta la fecha exacta, llamado “Del Comitern al Comieurop” que es muy denso conceptualmente y muy interesante, al margen de que se esté de acuerdo o no. Aparece el europeo como “el último hombre” en la acepción nietzscheana del término.
Todo concluye en la formación del Partido Nacional Republicano, que presidirá hasta su muerte y que considerará la cristalización de su experiencia política. Es un partido republicano, españolista y anticapitalista. Surge aquí un prejuicio común a la izquierda de nuestro país: nacionalismo catalán, vasco o gallego asociado a la izquierda, nacionalismo español a la derecha. ¿Es esto consistente? En principio no. Me parece que no hay una asociación necesaria. La izquierda no es nacionalista, según mi opinión, pero sí tiene una definición nacionalista ¿por qué un nacionalismo español es necesariamente de derecha? Más cuando habla de nacionalismo ciudadano y jacobino. Un tema a reflexionar, pero por aquí, para mí, no avanzamos.
Lo que para mí es sospechoso es españolismo está ligado a una crítica a los inmigrantes. Hay alguna conexión con el grupo de Gustavo Bueno, definido básicamente por su españolismo. En alguna revista coincide con algún artículo de Jorge Vestrynge, de trayectoria tan oscura en sus orígenes, pero hoy en Izquierda Unida defensor de una izquierda jacobina. Parece que también tuvo algún contacto con Fernando Savater.
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