En septiembre de 1976 se celebra en una ermita
abandonada de la Plana de Vic el III congreso de la Liga Comunista.
Pretendía ser un golpe de timón en un momento decisivo del curso
de los acontecimientos tras la muerte del dictador, siendo el
objetivo transformarse en una organización masiva, compacta y
visible, con especial incidencia en la clase obrera. En línea con
lo que ya habían hecho algunas otras organizaciones de la izquierda revolucionaria, se decidió
que algunos dirigentes empezaran a actuar abiertamente y así a los
pocos días trascendió a la prensa la figura del secretario
político del Comité Ejecutivo, Juan Zuriarrain.
Algunas otras medidas
concretas que se tomaron fueron una nueva política sindical (que
conduciría al abandono de Comisiones Obreras y a la integración en
UGT, decisión no ajena a la polémica) y la constitución de una
organización juvenil: la Liga de la Juventud Comunista. Sin duda,
fue un acierto este última acuerdo, dado que en los primeros meses
de 1977 la LJC se desarrolló considerablemente, consiguiendo
organizar a varios miles de jóvenes.
Dentro de la campaña de extensión del partido tras el congreso,
se editaron varias decenas miles de bonos de 100 pesetas. Aquí os
mostramos el anverso y el reverso de uno de esos bonos.
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