Parece que se puede afirmar que la represión gubernamental contra
la oposición, incluida la izquierda revolucionaria, se va
reduciendo en términos generales durante 1976, haciendo la
salvedad del País Vasco. No obstante, esa cierta tolerancia
que va in crescendo a lo largo de ese año no evita que en
determinados momentos sigan produciéndose detenciones,
desarticulaciones de comités, malos tratos generalizados,
torturas e incluso asesinatos en manifestaciones o en circunstancias
sospechosas. En absoluto se vivía en una situación democrática,
pero los riesgos asumidos por desarrollar una actividad política
empiezan a ser menores.
En paralelo, a lo largo de 1976, la prensa clandestina florece con
nuevas
cabeceras y las publicaciones que ya existían exhiben mejoras
técnicas y aumentan su número de páginas. Es en este contexto
cuando las pegatinas manuales que se venían utilizando desde los
años cuarenta empiezan a ser sustituidas por pegatinas
editadas en imprentas. Aunque conocemos algún caso en que el
propio aparato de propaganda de la organización imprimía
adhesivos, lo habitual parece que fue recurrir a
imprentas comerciales. Suponemos que los reparos tanto de la
imprenta como de la organización que hacía el pedido provocaban
que sobre todo al inicio, muchas pegatinas se editaran sin firma y
con mensajes no demasiado explícitos. Y más cuando el cumplimiento
estricto de las normas del deposito legal obligaba a que este
apareciera en la parte inferior, con indicación de la imprenta editora,
la persona que realizaba el encargo y el número de ejemplares. Pero
también existían en
muchas ciudades imprentas comprometidas con la lucha contra la
dictadura, que editaban material más "subversivo" de una forma
discreta y sin los tramites obligatorios. Y por último algunos
aparatos de propaganda de partido
comenzaban a tener fachadas legales como imprentas o
fotocopisterias
No creemos que durante 1976 el proceso fuera homogéneo y en
absoluto se puede comparar la situación en Catalunya o Madrid con
las pequeñas localidades del interior. Apuntamos a que sea a
finales de la primavera cuando empiezan a aparecer las pegatinas
de imprenta y que su producción fuera en aumento exponencial a lo
largo del año (aunque sin llegar alcanzar alcanzar las cotas
máximas que corresponderían al trienio 1977-1979).
Sin embargo recuperar pegatinas de ese año 1976 es francamente
difícil. Seguramente porque la inmensa mayoría de la producción se
utilizaba para su destino natural: ser pegado, en calles, señales
de tráfico, carpetas o anoraks. Da la impresión de que no fuera
hasta el año siguiente, 1977, que surgieron las primeras personas
que vieron en este objeto nuevo, la pegatina política, el
suficiente atractivo como para merecer ser recopiladas o
coleccionadas.
Por todo ello, cada pegatina de izquierda revolucionaria que
puede ser datada en 1976 y que llega al Archivo Tiempos de Lucha y
Esperanza nos produce una gran alegría. Y más cuando se trata de
un modelo que nunca antes habíamos visto, como esta pegatina de
OCE
(BR) editada con ocasión del referéndum de la reforma política, en
diciembre de 1976. Da igual su estado bastante precario: es otra
pequeña batalla vencida en la lucha contra el olvido y la
desaparición de los vestigios de los combates del pasado.
Desde luego que esta entrada está llena de datos subjetivos y
suposiciones por lo que estaremos encantados de conocer otras
visiones, otras vivencias y, especialmente, datos concretos
aportados por responsables de propaganda o militantes de base
sobre la cuestión. Y todavía más de saber que guardas algún sobre con pegatinas de aquel año: 1976.
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