24 de septiembre de 2017

El nacimiento de la pegatina política

Parece que se puede afirmar que la represión gubernamental contra la oposición, incluida la izquierda revolucionaria, se va reduciendo en términos generales durante 1976, haciendo la salvedad del País Vasco. No obstante, esa cierta tolerancia que va in crescendo a lo largo de ese año no evita que en determinados momentos sigan produciéndose detenciones, desarticulaciones de comités, malos tratos generalizados, torturas e incluso asesinatos en manifestaciones o en circunstancias sospechosas. En absoluto se vivía en una situación democrática, pero los riesgos asumidos por desarrollar una actividad política empiezan a ser menores.

En paralelo, a lo largo de 1976, la prensa clandestina florece con nuevas cabeceras y las publicaciones que ya existían exhiben mejoras técnicas y aumentan su número de páginas. Es en este contexto cuando las pegatinas manuales que se venían utilizando desde los años cuarenta empiezan a ser sustituidas por pegatinas editadas en imprentas. Aunque conocemos algún caso en que el propio aparato de propaganda de la organización imprimía adhesivos, lo habitual parece que fue recurrir a imprentas comerciales. Suponemos que los reparos tanto de la imprenta como de la organización que hacía el pedido provocaban que sobre todo al inicio, muchas pegatinas se editaran sin firma y con mensajes no demasiado explícitos. Y más cuando el cumplimiento estricto de las normas del deposito legal obligaba a que este apareciera en la parte inferior, con indicación de la imprenta editora, la persona que realizaba el encargo y el número de ejemplares. Pero también existían en muchas ciudades imprentas comprometidas con la lucha contra la dictadura, que editaban material más "subversivo" de una forma discreta y sin los tramites obligatorios. Y por último algunos aparatos de propaganda de partido comenzaban a tener fachadas legales como imprentas o fotocopisterias

No creemos que durante 1976 el proceso fuera homogéneo y en absoluto se puede comparar la situación en Catalunya o Madrid con las pequeñas localidades del interior. Apuntamos a que sea a finales de la primavera cuando empiezan a aparecer las pegatinas de imprenta y que su producción fuera en aumento exponencial a lo largo del año (aunque sin llegar alcanzar alcanzar las cotas máximas que corresponderían al trienio 1977-1979).

Sin embargo recuperar pegatinas de ese año 1976 es francamente difícil. Seguramente porque la inmensa mayoría de la producción se utilizaba para su destino natural: ser pegado, en calles, señales de tráfico, carpetas o anoraks. Da la impresión de que no fuera hasta el año siguiente, 1977, que surgieron las primeras personas que vieron en este objeto nuevo, la pegatina política, el suficiente atractivo como para merecer ser recopiladas o coleccionadas. 

Por todo ello, cada pegatina de izquierda revolucionaria que puede ser datada en 1976 y que llega al Archivo Tiempos de Lucha y Esperanza nos produce una gran alegría. Y más cuando se trata de un modelo que nunca antes habíamos visto, como esta pegatina de OCE (BR) editada con ocasión del referéndum de la reforma política, en diciembre de 1976. Da igual su estado bastante precario: es otra pequeña batalla vencida en la lucha contra el olvido y la desaparición de los vestigios de los combates del pasado.

Desde luego que esta entrada está llena de datos subjetivos y suposiciones por lo que estaremos encantados de conocer otras visiones, otras vivencias y, especialmente, datos concretos aportados por responsables de propaganda o militantes de base sobre la cuestión. Y todavía más de saber que guardas algún sobre con pegatinas de aquel año: 1976.




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